¿Qué son los Cursillos de Cristiandad?
Los Cursillos de Cristiandad se han dicho ya muchas cosas y se han dado más de cien definiciones. Es imposible traerlas aquí todas.
Los Cursillos de Cristiandad son:
Un movimiento apostólico de la Iglesia, en la Iglesia y para la Iglesia;
Una escuela o método de espiritualidad;
Un método feliz de apostolado;
Una empresa apostólica de sacerdotes y seglares;
Una Obra providencial en la historia del apostolado de la Iglesia;
Un instrumento de renovación cristiana que la divina Providencia ha regalado a su Iglesia;
Un arma providencial muy en consonancia con las necesidades del mundo actual;
Un Movimiento Providencial de santificación que ha de dejar honda huella en la Iglesia;
Un impulso vivificador de la vida religiosa; uno de esos brotes vibrantes, que renuevan la perenne juventud de la Iglesia y se manifiestan con intima vibración cristiana y desbordante espíritu apostólico;
Un vigoroso impulso del Espíritu Santo para el reinado de Cristo y la salvación de las almas;
Un medio excepcional para remover al mundo desde sus cimientos;
Un instrumento apto para hacer católicos convencidos de su fe, instruidos en su religión y adictos a la Iglesia, y un instrumento en manos de la Iglesia para ayudarla en la empresa de la renovación cristiana, a la luz del Evangelio y conforme a las directrices y enseñanzas de los Romanos Pontífices y de los Prelados.
De entre todas las definiciones dadas en los Cursillos, te ofrecemos especialmente las dos siguientes, ambas tomadas, como la mayoría de las anteriores, de los libros de Monseñor Hervás; “Los Cursillos de Cristiandad son un retorno al cristianismo primitivo al espíritu que animó los actos y la conducta de aquellos fervorosos cristianos”.
a) Vida de gracia verdaderamente vivida, centrada en la persona adorable de Jesús, en el trato cotidiano con El, como persona viviente, con el deseo de participar en sus humillaciones para ser admitido en su gloria.
b) Vida en presencia de la Santísima Trinidad, como hijos del Padre, hermanos de Jesucristo, templos del Espíritu Santo, herederos de la eterna felicidad en el cielo.
c) Vida en el seno de la Iglesia, familia y comunidad de los cristianos, en la que todo habla de la unidad de Dios y de la fraternidad de los hombres.
d) Vida que se nutre diariamente con el pan de la Eucaristía, que parten juntos fraternalmente.
e) Vida que se desenvuelve alrededor de los Apóstoles y de su sagrado Magisterio, escuchando de sus labios la divina palabra, que les atestiguaba cuanto habían visto, oído y palpado.
f) Vida cuya sinceridad se pone a prueba con el testimonio de la sangre, haciendo de cada cristiano un mártir, es decir, un testigo de su vida en Cristo y de la vida de Cristo en cada uno de ellos.
g) Vida que lacónicamente y con magnífica precisión describió San Lucas, diciendo: “Perseveraban en oír las enseñanzas de los Apóstoles y en la unión, en la fracción del pan y en la oración” (Hechos 2,42).
h) Vida, en fin, de unos cristianos que constituyen la, familia de Dios y viven el Evangelio de Cristo íntegramente.
Los Cursillos de Cristiandad, de cara al porvenir, constituyen “un magnífico método de “encarnación” del cristianismo en la vida, basado en el encuentro personal con Cristo y en la comunión con los hermanos. Método en el que el sacerdote, ayudado por seglares escogidos, “forma” al seglar, y el seglar, “reformando” su mentalidad y conformando su vida con la imagen de Cristo (Vida de fe, de gracia y amor), “transforma”, actuando con plena responsabilidad propia, las estructuras temporales en las que está inmerso, guiado por la mirada de Cristo, rehaciendo el mundo desde sus cimientos y haciéndolo de selvático, humano, y de humano, cristiano”.